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El Bookster: El lector Indie del Nuevo Milenio


Siempre he sostenido que empieza a perfilarse un nuevo tipo de escritor representativo del s. XXI a cuyo modelo, desde luego, me adscribo. Este modelo o tipo de escritor del s. XXI posee a grandes rasgos todas o la mayor parte de las siguientes características.

1-. ES INDEPENDIENTE. Rechaza el modelo tradicional o plantea una alternativa a este que parta básicamente de no ceder los derechos de su trabajo a terceros, conservando así el control sobre su obra. No es un autor que esté en contra necesariamente de la aportación y labor editorial sino del abuso contractual. La independencia de su trabajo es esencial e indiscutible; y si la oferta editorial no la satisface, rechaza y va por libre. Hay un buen grupo de autores que directamente prefieren ir por libre y hacen de ello su bandera. Esta característica, para mí, es esencial para definir un nuevo arquetipo de escritor; ya que, hasta la fecha, precisamente por las limitaciones hoy superadas con el formato digital, las herramientas de auto-publicación y las plataformas masivas de distribución en la red, resultaba muy inviable (si no del todo improbable) que un autor pudiera ser ampliamente conocido, leído más allá de un estrecho círculo humano y geográfico y, en última instancia, vivir de sus publicaciones al margen del circuito editorial tradicional.

2-. CUIDA SUS LIBROS. Su independencia no es óbice para el "todo vale". No es un chapucero. Como profesional trabaja incansablemente en el cuidado de sus obras. Su menor capacidad para la inversión en su propia obra no le exime de presentar sus textos tan pulidos, corregidos y decentemente maquetados como le sea posible; proveer a su trabajo de una portada (o cubierta) atrayente y profesional... y todo cuanto pueda hacer en este sentido. Y sobre todo, salva cualquier carencia inicial con un férreo espíritu de auto-crítica y tendencia a la actualización constante del material ofrecido; por lo que no resulta extraño que sus libros cambien de portada, corrijan texto o maquetación que pudiera haber sido inicialmente deficiente en cuanto tenga la menor oportunidad o detecte la carencia; y busque la mejora constante de sus productos ya a la venta y por publicar. 3-. DEFIENDE Y TRABAJA EN FORMATO ELECTRÓNICO. Escribe y vende básicamente en formato digital. Tampoco es que rechace o esté en contra del formato tradicional en papel sino que entiende que dicho formato queda obsoleto y limitado en un mundo que cada vez más inmediato e hiper-conectado a través de la Red y redes sociales. El formato digital le permite abaratar enormemente los costes de producción sin alterar necesariamente la calidad, permite una difusión inmediata a escala planetaria (al menos en el idioma en el que trabaje) dejando de estar encadenado a las empresas de distribución, sus gastos y sus limitaciones; lo que implica, también, dejar de estar anclado a puntos de venta físicos, de una zona o un país. Se rompe también el concepto de "tirada de ejemplares" que evita que el título se agote. No ocupa espacio físico y tiene la ventaja de actualizarse sin coste alguno para el consumidor haciendo innecesario el concepto "re-edición". Por estas y otras razones entiende que debe ser el formato básico y elemental de su trabajo, al que puede sumar (o no) el formato en papel.


4-. ABARATA CONSCIENTEMENTE EL PRECIO FINAL DEL LIBRO. Por una cuestión de principios, sus obras se venden a precios asequibles (no más de 5$). Esta es una decisión consciente y consecuente. No es que no pueda vender más caro o que su trabajo no merezca mayor precio, es que, por regla general, está comprometido con una defensa de precios asequibles al consumidor. 5-. APUESTA CONSCIENTEMENTE POR LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. No se limita al formato de sus libros sino que piensa un poco más allá y está abierto a lo que las nuevas tecnologías puedan ofrecer para enriquecer su trabajo, que no tiene por qué acabar en el último punto y final de sus libros. 6-. ES (CONSCIENTEMENTE) MEDIÁTICO. En los tiempos que nos ha tocado vivir este punto podría parecer obvio ya que todos somos un poco mediáticos hoy día. ¿Qué tipo no tiene un blog, fotos públicas, un video o un audio correteando por la red?). Pero sin embargo, el escritor del siglo XXI recurre a todo ello consciente (y voluntariamente) porque entiende que la nueva sociedad demanda mayor proximidad, contacto e interacción que nunca entre autores y audiencia. Y no lo hace únicamente con el fin de la promoción sino por entender que forma parte de un nuevo paradigma de sociedad de la que forma parte.

Si bien estos puntos no pretenden dibujar un esquema férreo e inflexible, es cierto que las líneas maestras que abocetan un nuevo modelo de escritor surgido de las nuevas posibilidades abiertas en este incipiente s. XXI con respecto al pasado, definitivamente transitan por estas vías. Pues bien, de un tiempo a esta parte he empezado a observar que empieza también a dibujarse un nuevo modelo de lector, probablemente impulsado por este nuevo modelo de escritor y que, si bien posee rasgos que no tienen por que serle exclusivamente atribuibles a él, sí es cierto que cuando todos ellos o la mayor parte de ellos confluyen, constatan una nueva realidad con identidad propia. A este nuevo esbozo de lector, cada vez más extendido (basta pasearse por la infinidad de redes sociales y mirar con atención) yo he comenzado a llamarlo de manera muy personal BOOKSTER.

El término no es acuñación propia aunque surgió (luego constatamos que existía, aunque no con el sentido que vamos a darle) en una de esas conversaciones de café en la que conversando con una colega de oficio debatíamos, precisamente, si veíamos alguna tendencia nueva en el lector contemporáneo. Y lo cierto es que andábamos de tal guisa enumerando algunas peculiaridades observadas en red o directamente deducidas de lectores que habían contactado con nosotros, cuando ella dijo algo como: "Nunca ha tenido mucho mérito ser seguidor de o recomendar (añadan título o autor del bestseller de moda, independientemente del género). Lo que tiene mérito es entrar en un grupo donde todos leen a (vuelta a colocar al bestseller de moda), manifestar con orgullo que uno está leyendo a (añadan nombre u obra del autor independiente que prefieran) y conseguir que todo el grupo acabe leyéndolo y hablando de él (o ella, en su caso)".

Añadía a colación: "Es ese tipo de lector que, cuando consigue que todo su grupo lea al desconocido independiente que le ha fascinado, se enorgullece de haber sido el descubridor y difusor de su obra en su círculo. Ese, que cuando pasado un tiempo descubre que su autor puede haber crecido en popularidad añade con la cabeza muy alta: Yo lo leía cuando nadie sabía que existía. Es el nuevo hipster, un hipster de los libros independientes". (Hagan sus números para saber cómo llegamos el término Bookster) No cabe duda de que nos echamos unas risas, pero también nos quedamos mascando el elemento profundo de aquellos comentarios al aire. Porque sí, esa simple idea, en su fondo, definía un nuevo tipo de lector que creo que la mayor parte de los autores independientes podríamos reconocer como propio alguna vez. Y que, (y esto es una opinión profundamente personal) yo creo que va a ser el germen del lector del futuro, el lector del s. XXI. El bookster para nosotros tenía un perfil muy claro que lo componían todas o la mayor parte de estas características:

-NO TIENE UN ARQUETIPO DEFINIDO. No es necesariamente un "Milenial" aunque buena parte de ellos podemos asumir que pueden contener algunas de sus premisas más definitorias. Estamos ante un grupo heterogéneo en cuanto a edad, geografía social, ingresos, ocupación... definidos. Lo que les une no es un rasgo externo sino una actitud, una predisposición. Es un grupo emocional, más que social. -SE SIENTE CÓMODO CON EL FORMATO ELECTRÓNICO. El bookster es un lector que, preferencias aparte, se siente muy cómodo con el formato electrónico. No es perceptible en él ninguna añoranza emocional por el formato en papel. No es que rechace o denoste el papel o solo consuma formato electrónico... es que sencillamente no hace un mundo ante el cambio de paradigma que supone la irrupción y normalización del formato electrónico en el mundo de la literatura.

-HACE UN USO NORMALIZADO DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS. Su comodidad se extiende a todas las nuevas tecnología. El Bookster siente cómodo en las redes sociales, que ha integrado y normalizado en su vida. Se abre cuentas en diversas redes sociales y las usa, suele ser comunicativo y participativo. No tiene por qué ser un obsesionado pero desde luego no las rehuye. Tampoco rehuye dispositivos móviles incluidos como soportes para la lectura. Unido al punto anterior, todo ello habla especialmente de una tipología de lector con un horizonte amplio y una mirada abierta hacia lo nuevo, innovador o simplemente distinto. No está anclado en una premisas inamovibles ni tampoco a formatos, usos o fórmulas pasadas. El Bookster es, en esencia, un lector muy abierto, con tendencia a la curiosidad y dar nuevas oportunidades.

-ES IGUALITARIO. NO TIENE PREJUICIOS. Todo lo anterior desemboca fundamentalmente en esto; especialmente con respecto al autor independiente y su obra. No cae en pre-juzgarlo como autor/obra menor, de segunda, pobre. En su mente, en su cabeza, para el Bookster no existe diferencia formal entre un autor u obra proveniente de la edición tradicional y un independiente; y se acerca a ambos con el mismo talante. Los consideran iguales. Insisto IGUALES. Y esta es la actitud/característica que desencadena las demás. -CONSUME ABUNDANTE LITERATURA INDEPENDIENTE. Al no existir en él prejuicio alguno, el Bookster otorga la misma relevancia y dignidad al autor independiente que a cualquier otro, por lo tanto entra dentro de sus lecturas habituales. Probablemente debido a su menor coste y la abundancia de autores y obras independientes, pronto esta elección crece entre sus selecciones habituales. Esto lo hemos podido constatar muy fácilmente desde Amazon, por ejemplo, donde un autor puede saber qué otros libros han comprado las personas que han adquirido el suyo. Casi el 80% de estas compras son también obras de autores Indies.

-ES FIEL A LOS AUTORES INDEPENDIENTES QUE LE GUSTAN. Y lo manifiesta sin reparo, especialmente en las Redes Sociales. Cuando le gusta un autor independiente el Bookster busca y consume todo su catálogo. Es cierto que esta característica no es para nada exclusiva del Bookster, casi es inherente a todo lector voraz, pero lo hemos podido constatar con nombre y apellido en la inmensa mayoría de nuestros lectores (especialmente cuando son coincidentes). -ES ESPECIALMENTE COMUNICATIVO. Cuando al Bookster le gusta un autor independiente y su obra, lo busca. Literalmente. Algo dentro de él le llama a contactar con el autor y exponerle su experiencia lectora, cual haya sido. Convengamos que no es un gesto que solo tiene en exclusiva con el autor independiente o que todo lector Bookster manifieste (depende del nivel de extraversión de cada cual, quién lo duda), ni pretendo decir con ello que el lector clásico no lo haga, pero es cierto que resulta una carcaterística más que frecuente en este perfil. Un buen porcentaje no se limita al contacto inicial. Una vez roto el primer hielo suele seguir de cerca la trayectoria de ese autor participando de manera discreta pero activa en las redes sociales del autor. -RECOMIENDA ACTIVAMENTE LAS OBRAS Y AUTORES INDEPENDIENTES. Y aquí es donde el comentario que inició todo este debate vuelve a ser relevante. No es que no recomiende otros autores o que otro tipo de lector no recomiende aquellas obras que le gustaron. Alguien dirá: eso lo hacen todos los lectores con todos los autores/obras que le gustan. Sí, obvio, pero el Bookster, cuando se trata de un autor independiente o poco conocido desarrolla un fuerte componente de solidaridad. Se toma como asunto personal difundir la existencia de la obra/autor independiente que le emocionó. Se siente orgulloso por poder hacerlo. En cierto sentido, entrar en un círculo social (Familia, amigos, trabajo, foro en la red) y hablar o recomendar el libro del que todo el mundo habla es fácil y hasta cierto punto socialmente útil y acertado. Recomendar un producto desconocido, en muchos casos aún recubierto de rumorología y mala prensa tan infundada como deliberada, entraña un riesgo social que no todos asumen. El bookster, además, el 100% bookster, su versión más guerrillera no se limita solo a la mención. Tiene tan clara la calidad de su elección que insiste y persiste, consiguiendo en buena parte de las ocasiones extender el conocimiento (y la lectura) de la obra y el autor que recomienda. Y esto me lleva a la última característica definitoria del Bookster.

-ESTÁ PROFUNDAMENTE ORGULLOSO DE SU DESCUBRIMIENTO. Porque ha sido exactamente eso para él: un auténtico y verdadero descubrimiento. Lo toma como propio, lo hace asombrosamente personal (cosa que emociona a cualquier autor). Y sé que alguien dirá que ese fenómeno es propio de un autor desconocido (o de no gran público) sea o no independiente. Ya, cierto, pero hay que ser honesto y admitir que el autor independiente es, salvo contadas y muy respetables excepciones, un autor profundamente desconocido en esencia, por lo que su estadística se multiplica. La cuestión es que la oferta de obras y autores independientes están creciendo exponencialmente, superando ampliamente la oferta de autores y obras provenientes de la publicación tradicional (que no es que todos ellos sean famosos, claro, pero que al sostenerse ante las premisas de rentabilidad y venta hace menos probable y frecuente que se apueste desde editorial por totales y absolutos desconocidos) Sin embargo, entendiendo esta apreciación en una escala mundial, el porcentaje actual de autores independientes es abrumador y la inmensa mayoría de ellos estamos moviéndonos entre "desconocidos" y "muy desconocidos" pasando por "tristemente desconocidos" pero que a su vez somos mucho más visibles que otros desconocidos de "editorial". Pues bien, ese es el gran océano de oportunidades en el que el Bookster se sumerge y cuando entre tanta oferta encuentra lo que para él es una joya, siente la misma emoción que un arqueólogo que destapa un tesoro atrapado en el tiempo. En su fuero interno se trata de SU descubrimiento y quizá haya pocas cosas tan personales como eso. Emprende una encomiable labor de difusión y cuando encuentra a otros que también han descubierto al mismo autor/obra y opinan en sus mismos términos, sienten de inmediato un fuerte componente de vínculo especial entre ellos. Se perciben, para alegría y esperanza de los respectivos -y desconocidos- autores, como individuos peculiares, unidos por una experiencia que les pertenece y que, al mismo tiempo, les hace diferentes del resto. Ese pequeño grupo que comparte esa experiencia desea crecer y extenderse, comunicarse con otros, y por eso adquieren una activa actitud de difusión. Este grupo inicial con sentimiento de pioneros son los que estamos seguros que, ante la idea utópica o no, de que la obra o autor que comparten se hiciera realmente masivo no dudarían en levantar la cabeza con orgullo y decir aquello de: yo lo descubrí cuando nadie lo conocía (apuesto que ya está pasando con algunos de nuestros más notables independientes). Y eso, definitivamente, les lleva, con la admiración y profundo respeto de los autores, a ser nuestros queridos y admirables BOOKSTERS.

Terminología aparte, personalmente defiendo que estamos ante un nuevo tipo de lector, sencillamente porque se siente especialmente orgulloso de recomendar lecturas y autores INDEPENDIENTES (y ya me he esforzado en aclarar que el modelo de autor independiente con la capacidad potencial, o real, de ser masivo es algo muy nuevo).

La figura del autor independiente y su obra, profundamente denostada y vilipendiada desde muchos ángulos y discursos, parece empezar a encontrar orgullosos defensores en el mejor lugar donde pueden tenerse: entre los lectores. Y empezamos a ver cómo cada vez hay más lectores que no solo no esconden que consumen autores y obras independientes, sino que se sienten lo bastante orgullosos de ello como para recomendarlas con tanta pasión que consiguen abrirles un hueco entre los círculos (o espacios web) donde se mueven. Así que a mis compañeros Autores les diría: No sé si te reconoces o no en este personal nuevo modelo de autor que describo, pero lo hagas o no creo que ahora debería también tocarnos nosotros devolver el gesto de nuevo. Alentar, promover y respaldar con nuestra actitud (y no menos con la calidad de nuestro trabajo) a este nuevo grupo cuyo mayor refuerzo, cuyo mayor vínculo e identificación es haber compartido una experiencia lectora que nosotros generamos. El Lector Bookster es en realidad el mayor y mejor regalo (o recompensa) que puede tener un autor independiente, porque es un lector abierto, sin complejos, valiente y en no pocas ocasiones combativo, al que nosotros y nuestro trabajo le ha dado un ingrediente que le hace distinto al resto. Propongo una iniciativa que nos identifique a nosotros y les refuerce a ellos. Una simple etiqueta sin complejos. A partir de ahora yo sumaré a muchas de mis intervenciones en red (Twitter o no) el hashtag #OrgulloIndie o #ProudlyIndie y te invito a hacer lo mismo. A ti, lector, te diría: No sé si te reconoces o no como un Bookster, pero si lo haces quiero que sepas que no podría estar más orgulloso ni reconfortado por ello. Ese es el tipo de lector que nos define, el que nos empuja a ser mejores y superarnos. Es el tipo de lector que necesitamos y el que sabemos que tenemos (muy probablemente en ti) Así que si quieres sumarte, también tengo un hashtag. #SoyBookster, o #Imbookster. Úsalo sin complejos cada vez que quieras.

Quizá lo que empezó en una terraza soleada en el fragor de una conversación entre colegas de oficio, mañana lo diga todo el mundo ...y vuelvas a tener una razón para decir: yo empecé a hacerlo cuando nadie lo hacía. Soñar es gratis... pero... ¿Por qué si no estamos en este oficio si no es por los sueños? #OrgulloIndie

Con todo mi afecto y gratitud Pasad un gran día, queridos Bookster. VILCHES

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