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LOS
HUMANOS

-CONTENIDO EN ESTA SECCIÓN-

Los Humanos en la Historia

Humanos en las fuentes

La etapa del dominio élfico

Los reinos vasallos

Las élfidas y la Emancipación

Los Reinos en Guerra y la Unificación Imperial

Variedades Raciales y Cultura
Humanos Hoy

La Rebelión de los Templos, el último Emperador y el Dominio del Culto.

Los Humanos en la Historia

PRESENCIA DE LOS HUMANOS EN LAS FUENTES

La raza humana es la única raza mencionada en los registros de la Tradición. (IR A CRONOLOGÍA & TRADICIÓN) La inclusión del resto de razas hegemónicas se tiene por cierto que son añadidos muy posteriores y que solo aparecen en las versiones y adaptaciones propias de la Tradición de cada una de estas razas. Ninguna de estas inclusiones, no obstante, resta protagonismo a los humanos en los hechos que se consignan en la Tradición. 

En ella, durante los pasajes que narran la Guerra entre Dioses, los humanos son los escogidos para portar la Flor de Jade y con ella desequilibrar la balanza que enfrentaba a las distintas facciones divinas. 

No obstante, tras las míticas Guerras Divinas los humanos desaparecen de las fuentes. Hay que recordar que tras ese periodo mitológico cualquier fuente lo bastante antigua como para ser considerada es de naturaleza élfica. Así que solo trasmiten la visión del mundo que los elfos tenían en esas épocas. Y algo que ha cambiado poco es que los elfos se hayan interesado por algo que no fuese propio. 

Va a ser de la mano de esas mismas fuentes élficas que volvemos a encontrar a los humanos, esta vez reflejados como "propiedad" de los elfos.

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"Me llevó un tiempo atisbar que aquella Guerra de los Dioses que se menciona en la Letanía y que recoge la Tradición pudo ser el eco ancestral de una época perdida en la prehistoria. Sucesos acaecidos ya no hace cientos de miles de años, puede que hace millones de años que quedasen marcados en un recuerdo colectivo que sobreviviese a través de la tradición oral.

 

Si esto es así debemos imaginar a esos proto-humanos, no como los humanos que hoy conocemos sino como su base ancestral. No puedo imaginar en qué punto de evolución se encontraban o si tan dilatado espacio de tiempo es suficiente como para que se produjeran cambios en su fisonomía.

 

Lo cierto es que al principio pensé que el propio concepto de Guerra de los Dioses podría tratarse de una metáfora sobre las propias fuerzas desatadas de la naturaleza. Aquellos incipientes humanos habrían podido dar con toda lógica carácter divino a la virulencia natural.

 

Luego entendí que la cosa pudo haber sido algo más literal de lo que me esperaba"

 

CRONISTA -Crónica Alba-

LA ETAPA DE DOMINACIÓN ELFA

Cuando los humanos vuelven a las fuentes lo hacen a través de los elfos y parece claro que existía entonces un claro rango de subyugación hacia la raza de Alda. Para referirse a la especie humana, los elfos recurren un término que usualmente se ha venido interpretando como "propiedad" "pertenencia", lo que ha dado pie a muchos para aventurar que en estas épocas los humanos fueron esclavizados por los elfos.

Es cierto que nunca aparece el término "esclavo" asociado a los humanos. Tampoco se ha podido documentar con claridad que los elfos hubieran recurrido a la esclavitud, ni en ese temprano momento ni en ningún otro del que se conserven fuentes. 

Quienes sostienen la hipótesis de la esclavitud lo hacen bajo la premisa de que los elfos no usaran el término no implica necesariamente que, de hecho, no fueran esclavos. Lo que parece consensuado es que los humanos vivían en los centros urbanos de los elfos, integrados en sus sociedades, en el mejor de los casos, como ciudadanos de segunda categoría, sin derechos ni identidad jurídica propia, normalmente asociados en documentos a núcleos familiares elfos como parte de sus propiedades. Para los defensores del esclavismo élfico estos datos hablan por si solos. 

Incluso los escépticos a la teoría la esclavitud aseguran que la situación de los humanos está, cuanto menos, muy cerca de un régimen de patronazgo o semi-servidumbre. Solo que "siervo" es un concepto muy alejado de "esclavo". 

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"Esclavos o siervos lo indudable es que en esta época el destino de los humanos estuvo indisolublemente ligado a la voluntad, si no directamente al capricho de los elfos. 

 

No sabemos con exactitud cómo era el trato recibido, si los elfos veían a los humanos como algo más que criados o mascotas que exibir, costumbre que los elfos han gustado siempre de cultivar. No tenemos muy claro cómo de conformes estaban los humanos en esa posición, basta observar hoy día el trato que muchos tienen con sus mascotas. Se puede pasar del abandono cruel a la más bochornosa muestra de despilfarro banal.

Probablemente hubo humanos que vivieron existencias miserables en condiciones deplorables y casos más afortunados en los que gozaron de unas atenciones que los estratos más bajos de la sociedad elfa ni siquiera podían soñar."

 

CRONISTA -Crónica Alba-

LOS REINOS VASALLOS

Los humanos serían dependientes de los elfos durante buena parte de su historia. Con independencia de la naturaleza de esa relación, lo que parece una clara evidencia histórica es que la fuerza de tal dependencia va a ir disipándose con el discurrir del tiempo. 

Durante el Segundo Imperio Élfico, el llamado Tiempo de la Gloria, parece atestiguarse ya la presencia de estados o reinos gobernados por humanos. Es más que probable que, en un origen muy temprano, humanos que hubieran sido apartados de la sociedad élfica de su momento -o que hubiesen decidido desvincularse voluntariamente de ella- formarían las primeras tribus y comunidades propiamente humanas. Estas evolucionarían con el tiempo, crecerían y desarrollarían cimientos propios. 

Con toda seguridad, hubo elementos de confluencia, flujo de ideas y aculturación entre estas comunidades y la presencia hegemónica elfa, dotándose esas primeras comunidades humanas de muchos elementos culturales, simbólicos e intitucionales de los elfos. Crecen a su sombra y de alguna manera a su imagen y semejanza. 

Esta parentela cultural con toda certeza estuvo en la base de acuerdos, alianzas y pactos de vasallaje entre los incipientes reinos humanos y el todopoderoso Imperio Élfico.

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"En la estructura de poder del Imperio élfico, especialmente en el Segundo, cuyas fuentes son más cercanas y fiables, Emperador y Emperatriz tenían funciones y valores simbólicos diferenciados. En contra de lo que comunmente se piensa, especialmente por la más reciente influencia del modelo imperial humano, la Emperatriz dominaba sobre el Emperador. Ella asumía las atribuciones de la diosa Alda, madre de los elfos, que en alquel momento resultaba la figura divina de referencia en el mundo elfo. El Emperador asume las funciones e Justicia atribuidas a Jerivha, el Dios-Sol.

Los pactos de vasallaje, entendidos como acuerdos entre Madre e hijos eran pues atribución directa de la Emperatriz. Para ello, designaba a las Divas, figuras femeninas en representación a la propia Emperatriz. En origen ocupaban este rango las hijas o mujeres directamente emparentadas con la familia Imperial. Más tarde acabaría convertido en un nombramiento político más, al alcance de elfas de probada reputación y altura. Huelga decir que ese es el origen del actual sentido del término."

 

CRONISTA -Crónica Alba-

LAS ÉLFIDAS Y LA EMANCIPACIÓN HUMANA

La omnipotencia del imperio élfico será cuestionada desde dentro conforme comienza a presentar desgaste. Paralelamente a ello, los reinos humanos empezarán a dar muestras de mayor autonomía y muchos de ellos cobran suficiente identidad como para empezar a ser tratados casi de iguales levantando embajadas diplomáticas entre ambas culturas. El propio Imperio elfo parece acompañar este desarrollo apareciendo ahora no como la potencia cultural a la que todo el mundo ha de plegarse, sino ejerciendo una especie de tulelaje a estos reinos, que siguen concibiendo como hijos bastardos menores de edad. Parece que la relación pasa de vasallaje al protectorado.

Con el estallido de las guerras élfidas el modelo imperial sucumbe finalmente y con él la absoluta hegemonía de los elfos en la política global. El nuevo patriarcado conciliar, victorioso en la contienda civil, se desprende poco a poco del tutelaje imperial y los humanos encuentran la brecha perfecta para comenzar a hacer sombra a sus padres adoptivos. 

 

Será en este periodo en el que los estados humanos alcancen su plenitud y mayoría de edad. También en el que la remanente población humana aún residente en los bosques y ciudades élficas emprenda un éxodo voluntario y masivo hacia estos reinos humanos, dejando a un antiguo Imperio elfo, sólido y cohesionado, convertido en una fragmentación de jardines independientes unidos por la política de Consejos. 

 

A partir de esta fecha el poder internacional de los elfos no parará de menguar al tiempo que el de los humanos no dejará de crecer. 

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MATRIARCA VISITA UNA EMBAJADA HUMANA

"Muchos, aún hoy día creen en la romántica idea que la victoria del Patriarcado en las Élfidas sobre la élite Imperial supuso la victoria del común sobre el aristócrata, del pueblo oprimido sobre la élite opresora. Y no hay nada más lejos de eso. Si cabe, la visión del mundo del Patriarcado será aún más elitista y conservadora que la del Imperio. La muestra más clara estará en la relación con los Reinos Humanos.

 

A los Emperadores Elfos les importaba la relación con los humanos, aunque fuese una relación paternalista. Los Patriarcas mostraron pronto su desapego, reduciendo sus visitas a las embajadas y animando cortés y educadamente a su población humana a abandonar las ciudades. Los humanos, efectivamente, se fueron en masa.

 

El declive elfo en favor del ascenso humano fue más dejadez del Patriarcado que mérito de los Monarcas humanos."

 

CRONISTA -Crónica Alba-

LOS REINOS EN GUERRA

Y LA CONSTITUCIÓN DEL IMPERIO

No tardarán los reinos humanos en disputarse el trono dejado por los elfos. Aquellos reinos lo bastante sólidos como para aspirar a la hegemonía sobre sus vecinos empezarán campañas de anexión de territorio y pronto toda la mitad norte del viejo Armín, en aquel entonces Lorkayr, ahora Arminia, será un campo de batalla que durará casi doscientos años. 

Doscientos años que ante el desgaste de sus rivales, la Casa de Myrikaban usará a su favor para anexionarse a sus mayores competidores. Décadas de conquista, alianzas y traiciones dan como fruto el germen de lo que será el modelo de estado humano a partir de esa fecha: El Imperio, tomado directamente de la herencia élfica, copiando muchos de sus pilares y bases, adaptando incluso patrones de pensamiento, símbolos y dioses que re-elaborarán para acercarse al modo de pensar humano, menos sofisticado y más construido en el conflicto y la guerra.

 

Con el primer Emperador sentado en el trono, auspiciado por escritos proféticos, con el aval de un modelo copiado a los elfos que había demostrado ser eficaz durante milenios, El Imperio Humano nace con sangre de batalla en las venas y aspiraciones de convertirse en el rector de la política internacional. Con él aparece un nuevo calendario y los humanos dejan de contabilizar el tiempo desde la óptica de los elfos. El Imperio podría haberse derrumbado poco después de nacer, pero lo cierto es que tuvieron que pasar casi dosmil años para que algo minase en su estructura lo bastante profundo como para descubrir sus grietas y debilidades. 

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EL PRIMER EMPERADOR

"Lord Askull de Myrikaban ascendería al trono como el primer Emperador de los humanos. Desde el mismo momento de su coronación queda patente el vínculo que existe sobre la herencia élfica analizando solo los valores simbólicos presentes en ella.

 

La Tiara Imperial se concibe con claro simbolismo solar, presentando el disco y los haces solares. Yelm queda constituido como Jerarca de los Dioses y dará nombre al Sol Mayor. El Emperador es su voluntad entre los humanos. Yelm es un dios nuevo, pero está claramente emparentado simbólica y físicamente con el Dios de la Justicia y representación de gran disco Solar que era Jerivha. El vínculo queda sellado cuando la tradición humana emparenta ambos dioses haciendo que Yelm sea nieto de Jerivha. 

 

La simbología solar no acaba aquí, pues Askull nombra a las Lanzas de Yelm, ejército de Culto del nuevo dios solar, la Guardia Palatina y nombra a la recientemente reconstituida Orden de los Caballeros de Jerivha, resíduo de la antigua guardia de honor del culto a Jerivha, los Guardianes del Imperio."

 

CRONISTA -Crónica Alba-

Variedades Raciales
y Cultura Imperial

Los humanos en el universo de Flor de Jade presentan todas las variantes raciales, aspectos y coloración de piel conocidos. Todos esos rasgos que hacen distintivos a los seres humanos en general son propios de la adaptación a las distintas geografías y variantes climáticas. Sin embargo, la realidad de los humanos de Flor de Jade es que todos esos fenotipos raciales se hayan en la actualidad muy mezclados e integrados en el conjunto global de la población.

 

Esto es debido a su larga etapa bajo dominio élfico. Los elfos sumaron a sus propias poblaciones poblaciones enteras de humanos, venidos de muy diferentes lugares geográficos, por lo que las variantes humanas se mezclaron. Eso hace que los humanos no tengan percepción ajena de otro humano por su color de piel o rasgos raciales. La idea de que determinados rasgos raciales corresponden a determinados habitantes de un determinado lugar simplemente ha desaparecido del esquema mental. 

Cualquier lugar del mundo, cualquier ciudad humana contiene todas las variables raciales posibles y todas se asumen propias de ese lugar. Hablar de "humano" incluye por defecto todas sus variantes sin predominio de ninguna, necesariamente, por lo que establecer una categorización es absurdo.

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Culturalmente hablando sí hay diferencias. Los humanos se dividen a sí mismos entre Ciudadanos del Imperio, y no Imperiales.

Los primeros son los habitantes de todas las regiones adscritas al Imperio que tienen al Emperador vigente como máxima autoridad civil, militar y religiosa. El Emperador designa gobernadores en sus territorios y demarcaciones y puede avasallar a líderes, monarcas y caudillos no Imperiales cuyos ciudadanos se convierten a todos los efectos en súbditos del Emperador. El súbdito no es un ciudadano de pleno derecho, pero tiene la potestad de apelar al Emperador y a la justicia Imperial en caso de conflicto con su señor.

La mayor parte de de las regiones no imperiales son súbditas, pero existen algunos casos de provincias y reinos independientes e incluso abiertamente reaccionarios a la idea del Imperio.

Los Ciudadanos Imperiales ven a los ciudadanos de los reinos súbditos o independientes como "bárbaros" pero hay que decir que es una mirada sesgada y clasista de los primeros. Aunque es cierto que la estructura social basada en la tribu es bastante común en los territorios humanos no imperiales, estos reinos ni en materia cultural, tecnológica ni social están en su mayoría por debajo del Imperio. En algunos casos puntuales incluso pueden superarlo.

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Humanos Hoy

La Rebelión de los Templos, el último Emperador y el Dominio del Culto.

El Imperio humano ya estaba ofreciendo muestras de desgaste y corrupción generalizada mucho antes del Alzamiento de los Templos. Su actitud avasalladora estuvo presente desde su germen y constitución. Engordó durante casi dos mil años fagocitando a sus vecinos culturales, cosa que muchos nunca perdonaron, y aniquilando o asfixiando económicamente a cualquier oposición. Su primer lema "Imperio o Barbarie" pronto se convirtió en Imperio o nada. 

Es cierto que los emperadores ejercían magistralmente el control de una propaganda encaminada a demostrar que la "opción Imperial" era la más civilizada, la única que garantizaba las libertades y la seguridad frente al caos y la anarquía. Se esforzaron mucho en presentarse siempre como los "chicos buenos", el bando luminoso y a estigmatizar siempre al adversario político como el engendrador del caos y la causa del desorden. En este sentido, aprendieron bien de los elfos. Y aunque hay que reconocerle grandes virtudes, avances y calidad de vida, esto se conseguía ocultando su inmundicia entre las grietas del sistema y muchos acabaron en esas grietas. Aunque hubo ejemplos de emperadores y emperatrices nobles y honestos (incluido el último: Lord Althar Allen’ Van’Haaldhurr) lo cierto es que El Imperio abusó del poder para imponer su ideario con el uso indiscriminado de su tremenda maquinaria propagandística y bélica.

El descontento sería capitalizado por el segmento más fanatizado del Culto de la diosa Lunar, Kallah, que aglutinó en torno a sí a otros templos y simpatizantes, lanzando una ofensiva coordinada a escala planetaria contra los puntos débiles o estratégicos que sostenían al Imperio. Se apoyó no solo en sus propias fuerzas militares, en sus segmentos de élite Neffarai y en clanes de asesinos e informadores. También en una impensable coalición de razas hostiles al imperio, como las grandes hordas y partidas de guerra de los orcos. Ellos les darían los números.

 

El golpe estaría tan brillantemente trazado, sería tan demoledor e inesperado que sencillamente el Imperio colapsó sobre su base. El pontífice Ossrik ocuparía el sillón del trono imperial y el Nuevo Orden impuesto por el Culto tendría su primera expresión en el Decreto de Aniquilación en el que todo aquel que hubiese contribuido de forma directa o indirecta al sostenimiento del Imperio sería perseguido y ajusticiado.

Así se iniciaría un ciclo de persecución religiosa, dominio y terror que acabaría con una era de hegemonía imperial de casi dosmil años.

 

Y lo que vendría tras ella, nadie lo hubiera podido imaginar.

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LA REBELIÓN DE LOS TEMPLOS

"En el invierno de 1348 del calendario Imperial, los templos de la diosa Kallah se levantaron en armas en todas las ciudades del Imperio y mataron a sangre fría. En muchos lugares se les contuvo, pero tomaron posesión y control de numerosos enclaves estratégicos. Cortaron suministros, asediaron y reorganizaron sus fuerzas. Lo peor es que no hubo tiempo de reaccionar. Todas las ciudades fueron atacadas al mismo tiempo y cuando aquellas que lograron sobreponerse a las revueltas estuvieron en condiciones de prestar apoyo, ya se habían perdido demasiados hombres, cortado demasiados caminos, hundido demasiados barcos y destruido demasiadas ciudades. Los siervos de Kallah habían dispuesto del tiempo suficiente para afianzarse y contener cualquier ofensiva.

Belhedor cayó inevitablemente después de un asedio terrible. De poco sirvieron las tropas ni las murallas. El emperador y los altos oficiales que aún quedaban fueron ejecutados. La oscuridad se cernió sobre los hombres. La población entera de la capital imperial fue masacrada y con ella se decretó el exterminio total de los humanos no pertenecientes ni aliados con el Culto."

 

EL ENVIADO 

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