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ORCOS Y
GOBLINS

-CONTENIDO EN ESTA SECCIÓN-

Los Orcos en las Fuentes

Hipótesis sobre su origen

Características físicas y variantes

Los Ghurr y familias afines

CULTURA Y SOCIEDAD
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Conflictos Antiguos y Diáspora

La situación actual

Los pálidos Svara 

Jerarquía y Clan en la sociedad Guerrera

Las Mujeres Orco y su relación con el Clan y el concepto "Familia"

Espiritualidad y Religión

GOBLINS

Hipótesis sobre el "Encuentro"

Características Físicas

Los Goblins en la sociedad de los Orcos

Reflexiones Finales
ORCOS EN LAS FUENTES

Hipótesis sobre su origen

No hay muestras históricas de que los orcos hayan cultivado la escritura. Si lo hicieron alguna vez, esas fuentes se han perdido. El idioma más extendido de los orcos es el Koro, junto con un sin fin de variedades dialectales, pero no parece haber registros del Koro escrito por ningún lado. Esto advierte que la mención de los orcos en las fuentes escritas siempre haya sido a través de la mirada de otras culturas, especialmente la elfa y humana. Por lo tanto, la visión de los orcos que heredamos está contaminada por lo que tales civilizaciones describieron sobre ellos.

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Las primeras referencias de los orcos se encuentran durante la expansión del segundo Imperio Elfo. Las crónicas militares hablan un conflicto con los Pieles Verdes. Pieles verdes es un genérico que hoy sabemos que también incluía a las tribus de Saurios, cuyo encuentro con los elfos también se dio en esos mismos tiempos históricos.

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Los Elfos describen a los "Pieles Verdes" como un conjunto de tribus salvajes y violentas con los que la única interacción posible era el enfrentamiento y la guerra. Quedan dibujados como bestias y como tales se les trata. Esta imagen perdurará en el mundo humano posterior y será alimentada por la propia interacción de las Hordas orco con la civilización humana.

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Hoy nadie tiene duda de que la violencia preside la sociedad de los orcos, pero se sospecha cada vez con más fuerza que ese no fue el panorama con el que los Elfos del segundo imperio se tropezaron.

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Conflictos y Diáspora de los Orcos

La revisión historiográfica parece apuntar a que las culturas llamadas de "pieles Verdes" está cada vez más lejos de la imagen oficialista emanada de las crónicas militares del segundo Imperio Elfo. 

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En la agresiva política de expansión elfa y de control de los territorios anexos a los principales bosques y jardines, lo que los elfos encontraron no siempre responde a la descripción (aunque probablemente sí responda a la percepción) que el imperio elfo tuvo de las diversas culturas con las que se encontró.

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Parece mas sensato pensar que los "Pieles Verdes" responden a un conjunto de culturas, con toda seguridad de estructura tribal, cuyo horizonte tecnológico y cultural estaría entre lo que hoy asociamos a neolítico y primeras culturas de los metales. Esto puede que a ojos de la avanzada civilización élfica imperial pareciera barbárico, pero es poco probable que realmente lo fuera. 

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Estas culturas se sintieron invadidas y amenazadas por los elfos; y en lugar de la sumisión a la que los elfos estaban acostumbrados, respondieron con violencia. Esta respuesta agresiva al intervencionismo y expansionismo élfico, sin duda se convertiría en la justificación más conveniente con la que expulsarlos de los territorios que habitaban, probablemente fértiles y apetecibles para el imperio.

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Los elfos les hicieron la guerra sin contemplaciones y la abismal diferencia tecnológica entre ambos contendientes decantó rápidamente la suerte del conflicto. Los "pieles verdes" serían arrasados de sus lugares de origen, y se expulsaría a los remanentes, que se vieron obligados a dispersarse y encontrar nuevos lugares donde asentarse. En el proceso, cualquier logro cultural conseguido, se perdería para siempre.

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La mayor parte de estos  grupos consiguieron asentarse con éxito en la agreste y selvática península del Nhamibia, pero muchos otros grupos se dispersaron y asentaron, en el caso de los orcos en zonas de montaña, valles áridos, tundras y estepas de todo el continente, en lo que se ha dado últimamente en llamar: la Diáspora de los Orcos.

Situación Actual

Esto ha dado lugar al escenario conocido donde el Nhamibia se ha convertido de alguna forma en el referente territorial de la raza orco, pero cuya presencia está extendida en asentamientos de mayor o menor entidad por toda la geografía de la Arminia y sus penínsulas. La presencia de los orcos es por tanto habitual y conocida en prácticamente todas las latitudes, lo que los convierte, de hecho en la cuarta gran raza, en tanto a peso demográfico y extensión territorial, después de las tres Hegemónicas.

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CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Y VARIANTES

Prodigios Genéticos

La arquitectura anatómica del orco responde a un prodigio genético si es comparado con las proporciones de las razas hegemónicas, rivalizando e incluso superando en algunos especímenes la excepcional anatomía de los enanos. Esta constitución anatómica, además, se ha ido depurando con la suma de milenios de una suerte de "depuración genética" derivada de la transmisión de los genes más fuertes en la especie, dando lugar a individuos excepcionales.

 

A grandes rasgos, la especie orco es una especie humanoide antropomorfa con claro dimorfismo sexual (amplias diferencias entre la morfología masculina y femenina dentro de la especie) y genes compatibles con las razas hegemónicas (que dan lugar a híbridos de orco).

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La estatura media de los machos de la especie suele estar entre el 1'80-1'90 (5,9-6,2 feet) con notables excepciones, especialmente por encima de esta media; no siendo extraño superar ampliamente los dos metros (6,5) en Alfas de primer orden como Señores de la Guerra y Caciques. Por su parte las hembras tienen medias más estables. Rara vez bajan del 1'80 (5,9) pero rara vez superan el 1'90 (6,2) tampoco.  El peso medio ideal entre los machos de estatura media está entre los 90 y  100 kilogramos, mientras que las hembras marcan en torno a 70 kilogramos en su peso ideal. De ello se infiere que es una raza musculosa de gran fuerza física.

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La arquitectura facial presenta en los machos frentes habitualmente cortas y torus supraorbilalis prominentes, lo que les aporta una imagen algo simiesca. Se refuerza con narices cortas, altas y anchas, pómulos altos y pronunciados, junto a bocas amplias de mandíbulas anchas de las que suelen sobresalir los caninos  inferiores. Este rasgo está considerado un "caracter sexual secundario", es decir: un rasgo anatómico propio de los machos enfocado a resultar llamativos a las hembras de la especie. Es por esta razón que en las hembras este rasgo está ausente o se encuentra muy suavizado.

 

Tampoco es extraño en ambos sexos la presencia de cabello (en cabeza y mandíbula en los machos, solo en la cabeza en las hembras) y un grado variable de apuntamiento de las orejas.  La piel de los orcos suele oscilar en gamas de verde por rasgo general, pero no es raro encontrar orcos con tonalidades tierra. La variedad albina de los Svara presenta pieles claras de blanco azulado y la variedad melanítica, de piel negra, es una rareza muy puntual. 

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Los machos suelen presentar cuerpos robustos con evidente hipertrofia muscular mientras que las mujeres exhiben figuras mucho más altéticas y esbeltas. Los rasgos faciales se suavizan y dulcifican en las hembras hasta el punto de no alejarse mucho de los cánones de belleza humano, siendo consideradas "bellezas exóticas". Presentan mayor altura y robustez que sus equivalentes humanas, pero están muy lejos de su contrapartida masculina de raza, lo que las aproxima al canon humano.​ 

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Los Ghurr y familias afines

Los orcos Ghurr son la variedad racial más extendida y marca el canon de la especie de los orcos. Imaginar a un orco es imaginar a un Ghurr. Algunas variedades orco pueden persentar ciertas tendencia anatómicas particulares como una pigmentación más oscura o grisácea, ausencia de cabello, diferentes tamaños de apuntamiento en las orejas o tendencia a caninos sobresalientes en las hembras, que marcan las tendencias de lo que podríamos considerar pequeñas subespecies del Ghurr. Aquí se encuadrarían tribus como los Sirkka'Orcos, los Tanekka'Orcos, o los T'ikka orcos. Hay docenas de estas variantes aunque a ojos humanos apenas se distinguen de los Ghurr.

 

La única especie distinguible de orco son los pálidos Svara concentrados en su mayor parte en el norte continental, dentro de la península del Ycter. Resultan la variante albina. Solo se puede especular si son producto de una adaptación o resultado de una mutación espontánea, pero son los únicos que podrían considerarse una especie diferenciada de los Ghurr. Esta variación es esencialmente en la pigmentación de la piel y los cabellos. Culturalmente sus notables diferencias con sus primos del sur están basada en su temprana aculturación por los Neffarai, cuyos detalles no son asunto de este bloque. 

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CULTURA Y SOCIEDAD

Jerarquía y Clan en la Sociedad Guerrera

No sabemos qué rasgos tenía la sociedad orco antes del fatídico encuentro con los elfos y su forzada diáspora, pero sí hay claras evidencias de cómo su sociedad se transforma o evoluciona a partir de este hito histórico.

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Los orcos se ven forzados a adquirir unos patrones sociales que refuercen su necesidad de defenderse a toda costa de las abundantes persecuciones que a partir de su diáspora van a ser una constante. Necesitan, además, encontrar nuevos territorios. Arrebatárselos a sus propietarios si los hay, defenderlos a toda costa, expandirse si es necesario. Poco a poco una sociedad que en su origen probablemente fue productora, se va volcando poco a poco a la guerra hasta convertirse quizá en la sociedad guerrera por definición.

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Esta nueva sociedad guerrera inevitablemente cambia al orco y lo fuerza a instalar la violencia y la necesidad de supervivencia del más apto como basamentos de su sociedad. En la sociedad de los orcos solo sobrevive el más feroz y solo él tiene derecho a transmitir sus genes y tener descendencia. 

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La violencia, la sangre, el sufrimiento y la muerte están tan instalados en la sociedad de los orcos, son parte tan consustancial de sus vidas, que se han vuelto endémicas en su sociedad. Las relaciones entre ellos son siempre de competitividad o sometimiento. La lealtad y respeto en el mundo orco se gana a base de sometimiento. El orco, no obstante es una criatura "impresionable". Un orco sometido por un rival queda encadenado a ese rival en un vínculo de lealtad y sometimiento; y rara vez repetirá su órdago con ese rival. Esto es una marca social muy clara. Ningún orco seguirá a un caudillo que haya sido derrotado por otro. Así es como los orcos "absorben" las tribus de sus rivales. â€‹

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ESTRUCTURA JERÁRQUICA BÁSICA

LOS ALFA

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En la sociedad orco, nacer varón implica que el tamaño, potencia, volumen y peso van a imponer los límites del ascenso social del individuo. Tamaño y jerarquía van íntimamente ligados. En la escala más baja se encuentran los Alfa que suelen convertirse en jefes tribales.

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La categoría de Orco-Alfa la adquiere aquél orco capaz de hacerse con el liderato y lealtad del resto de sus congéneres cercanos, con toda seguridad, usando la fuerza y la violencia. La categoría de Alfa no es ni mucho menos definitiva. Tiene que estar contínuamente siendo defendida ya que cualquier otro orco se la puede disputar y arrebatar en cualquier momento, casi con toda seguridad con un enfrentamiento violento.


Por regla general los alfas de rango más bajo lideran núcleos de población básicos, como aldeas o pequeños asentamientos dispersos y controlan el territorio circundante y sus recursos. Así pues, el más grande y fuerte de un grupo de orcos se instala como alfa y dirige la comunidad. En la sociedad orco sólo los Alfa pueden engendrar. Ellos son los fuertes entre los fuertes y solo su legado merece trasmitirse a la siguiente generación. No puede decirse con honestidad que las hembras de la especie sean estrictamente "propiedad" de los Alfa, ya que los alfas necesitan ganarse su complicidad y aceptación; pero sí puede decirse que son su privilegio. Las hembras orco se sienten poderosamente inclinadas hacia los especímenes más grandes y fuertes, lo cual facilita el ascenso de los Alfa y también su derrocamiento. Esto ha forzado, con el uso, la exclusión de cualquier sentimiento emotivo aparejado a las relaciones, especialmente las íntimas, entre los orcos. Hembras y machos apenas tienen entre ellos apegos más allá de la procreación o el sexo como disfrute.
 

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Cacicazgos y Caudillos

Un orco también puede llegar a jefe tribal por usurpación, derrotando y habitualmente matando o expulsando al antiguo jefe. Con ello hereda su tribu, la posesión de sus mujeres y la lealtad y sumisión de los varones.

 

En este punto, puede decidir expulsar o purgar a los varones que pueda considerar aspirantes serios. Si son expulsados,  estos deberán encontrar otras aldeas donde ser aceptados o pelear por la posesión de la suya propia. Habitualmente la mayor parte de los varones queda en la tribu bajo un estricto sistema de sumisión, ya que constituyen la fuerza bruta de esa tribu. Ningún alfa puede prescindir de la totalidad del resto de machos en la tribu.

 

Ello facilita que no sea extraño que los jefes sean depuestos en muchos casos, no solo por alfas errantes en busca del dominio de su propia tribu, sino por algún retador interno. El juego de equilibrios es constante y los jefes deben de estar siempre en continua tensión, ya sea ante las amenazas exteriores de jóvenes orcos en busca de su propio territorio; ya sea para descubrir, antes de que sea tarde, un posible aspirante interno que le arrebate los privilegios.


Aquellos orcos Alfa destacados en su físico pueden aspirar a caciques. Es decir, tener bajo su control un territorio más amplio sometiendo bajo su poder e influjo a varios jefes tribales con sus respectivas aldeas, asentamientos y población. No es raro que los caciques sean los padres, hermanos o tengan algún tipo de lazo consanguíneo con los jefes tribales que dominan. Esta situación es hasta cierto sentido habitual porque no es raro que  los machos expulsados por un alfa, en muchos casos sus propios hijos o hermanos, tomen posesión de aldeas o territorios aledaños. Si esto ocurre se puede dar el caso de una suerte de alianzas que facilite transformar varias jefaturas en un verdadero cacicazgo sin necesidad de un nuevo baño de sangre para reafirmar la autoridad.

 

Hay que señalar que a pesar de la competitividad y rivalidad interna de los orcos, espoleada por la propia ambición personal y la posibilidad de ascender en la jerarquía, el orco no es tonto y no competirá contra otro orco que ampliamente le supere. No todos los orcos tienen la aspiración de convertirse en Alfas. La vida de los Alfas es muy dura, siempre con la amenaza de ser retados y depuestos, por lo que la mayoría de los orcos prefieren cobijarse bajo el manto de lealtad de un Alfa de rango superior. Esto es especialmente probable que ocurra con alfas de pequeño rango, especialmente los jefes tribales, ya que les asegura sus privilegios. Un jefe tribal probablemente encontrará más sensato cobijarse bajo la lealtad hacia su cacique que tratar de disputarle el cacicazgo y perderlo todo en el proceso. 

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Los cacicazgos orcos conforman la tribu orca in extenso a causa de este rasgo de parentesco. Y es a causa de este rasgo también que los cacicazgos pueden haberse formado sin un necesario baño de sangre, sino a través de una efectiva diseminación de genes especialmente dotados. Esta confluencia crea una unidad tribal y territorial amplia sometida al dominio del alfa más poderoso, el cacique, creando vínculos de sumisión entre las partes.


En el caso de que un aspirante ajeno arrebate el liderazgo de alguna de estas jefaturas tribales tiene dos opciones: o presentar una clara sumisión al cacique presente o tratar de arrebatarle la posición de mando al cacique en un enfrentamiento. Si acepta la sumisión, será integrado en la estructura.


Los caciques tienen las mismas prerrogativas de los jefes: gozan de libertad para tomar cualquier hembra en sus dominios y poseen la autoridad sobre los recursos y el territorio dominado. También sus mismos dolores de cabeza, ya que su destronamiento puede venir de cualquier aspirante, interno o externo, que se sienta con fuerzas y capacidad para derrotar al titular.


Solo los caciques especialmente dotados pueden considerar alzarse como Caudillos. Estos son caciques capaces de imponerse sobre otros caciques. La estructura anterior se replica. Aquí es mucho más difícil encontrar líneas de consanguineidad entre los Alfa y la toma de caudillajes sí suele aparejar un conflicto armado en toda regla, ya se presente como una guerra de conquista o como una lucha intestina entre candidatos de un mismo territorio.


Solo los prodigios genéticos son capaces de llegar un paso más arriba: el de Señores de la Guerra y liderar una Horda.

Señores de la Guerra y las Hordas

Cuando en un territorio aparece un orco con unas cualidades físicas fuera de lo común, quizá sea capaz de escalar hasta la cima: esto es, convertirse en un caudillo capaz de imponerse sobre otros caudillos. Llegar a este rango capacita al Señor de la Guerra a pacificar o equilibrar un extenso territorio y disponer de una enorme fuerza militar que habitualmente usa para salir de sus fronteras e iniciar campañas de saqueo por reinos vecinos o de otras razas. Los botines incautados suelen reforzar la posición de este señor de la guerra frente a otros señores de la guerra, los únicos capaces de presentar alguna amenaza real a estos soberbios ejemplares.

 

Son estas campañas de saqueo por lo que son lamentablemente conocidos los orcos fuera de sus dominios. Aunque feroces y destructivas como plagas, difícilmente consiguen grandes metas si son demasiado ambiciosas. La mayor parte de las campañas de muy larga duración sucumbe a su propio desgaste, al acabar antes o después aniquilados o diezmados por las fuerzas de seguridad de los territorios que saquean. La mayor parte de esas hordas no regresa o regresa muy mermada. Y no suele ser raro que, en su ausencia, la organización de su territorio se haya reajustado, ya sea por haber sido reclamada por señores de la guerra rivales o bien fruto de derrocamientos y tomas de poder internos realizados por aspirantes que han jugado sus cartas y se han instalado como nuevos Alfa, aprovechando la ausencia de los líderes formales.


Cuando una Horda vuelve “a casa” es raro que encuentre la misma situación que dejó. Esto no es sinónimo siempre de una nueva guerra interna, aunque no es raro que la provoque, de ahí que los Señores de la Guerra cuenten con ello y reserven efectivos en sus filas para el regreso.
Salvo que la nueva situación amenace la propia jefatura del Señor de la Guerra, es decir, que en su ausencia otro Señor de la Guerra haya reclamado o reclame los territorios, estos suelen aceptar las nuevas jefaturas, cacicazgos o caudillajes, si los hay, porque compensan las pérdidas sufridas durante la trayectoria de la horda. O bien, permite que los usurpadores reafirmen su dominio retando a los titulares, si estos han sobrevivido a la campaña.

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Las Mujeres Orco y su relación con el Clan.

Las mujeres orco son el aspecto de la cultura orco menos entendido si es observada desde terceros. No obstante son las hembras las que mantienen la verdadera unidad y cohesión del mundo orco, tan volatil y cambiante, en realidad. 

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Aparentemente el valor de una hembra en la sociedad orco, que parece claramente dominada por "lo masculino" y los machos de la especie, es su capacidad procreadora. Las hembras parecen existir solo para dar nuevos y buenos guerreros al clan. Su capacidad reproductora es clave para su valoración social y las pocas hembras que participan en los espacios masculinos, como la guerra y las hordas suelen ser hembras que han presentado problemas de procreación o que están más allá de ella.

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Otro punto es la aparente sumisión hacia los alfas que parecen disponer de las hembras a capricho convirtiéndolas en objetos de poder y privilegio. Y esto no es real. Las hembras orco poseen de hecho la llave de la estabilidad social. Milenios de "selección natural" condicionando la sociedad orco las han convertido en piezas de un valor incalculable para el sostenimiento del mundo orco. No son en absoluto ni el eslabón débil ni el sustrato dominado. Las hembras orco son el verdadero tesoro y motor que permite la existencia de la sociedad de los orcos y por lo tanto son cuidadas, defendidas y valoradas al extremo, solo que desde principios de valor orco, que igual no son los mismos de otras sociedades.

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Ningún orco dañará, utilizará o menguará a una hembra. Jamás actuará en contra de la voluntad de una hembra y bajo ningún concepto atentará contra la vida de una hembra. Las hembras orco son intocables ya que representan la propia potencialidad y vitalidad del clan. Las hembras, que habitualmente están emparentadas entre ellas, tienen la potestad de aceptar o rechazar las acciones de los machos. La primera aceptación es la del propio Alfa. No importa cómo haya llegado el alfa a imponerse entre los machos, si las hembras no lo aceptan, no prosperará. Los varones están obligados a impresionar a sus hembras para yacer con ellas, incluidos los Alfas. Éstos, además tienen la obligación de proveer a las hembras. Dejarlas desatendidas o provocar la insatisfacción en las hembras puede ser causa rápida de derrocación de un alfa. Lejos de ser el eslabón débil o sometido, son las verdaderas detentadoras del poder, por lo que es más que lícito pensar que la sociedad orco es claramente matriarcal.

 

Toda hembra nacida en el clan se queda en el clan. Los machos van y vienen, los alfa son depuestos, pero ellas siempre permanecen por lo que resultan la clave de la estabilidad. Las hembras no tienen necesidad de competir entre ellas y suelen estar vinculadas poir lazos de sangre por lo que establecen una estructura muy sólida que es la que en realidad cohesiona al clan.

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Las hembras "paridoras" son el núcleo estable y sólido. Son aquellas en edad fértil. Los orcos nacen en camadas de entre tres y ocho ejemplares. A mayor número mayor posibilidad de que algunas crias presenten debilidades. Las crías débiles son descartadas por la propia madre al nacer. Las hembras más codiciadas son las capaces de parir camadas grandes y fuertes. Estas son las hembras consideradas buenas paridoras y son especialmente apreciadas ya que la posibilidad de engendrar especímenes superiores con capacidad para ser futuros Caciques o Señores de la horda esta en ellas.

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Las hembras también tienen el control del sexo. Los Alfas tienen la potestad y el privilegio de engendrar. Solo ellos pueden trasmitir su herencia genética, salvo que ellos mismos permitan lo contrario. A veces se hace y el alfa recurre a premiar con el derecho a engendrar a miembros que se hayan destacado o a los que quiera vincular con un lazo de lealtad mayor. Sin embargo, toda hembra puede yacer con el orco que desee sin tener que pedir permiso a nadie, siempre que no resulte descendencia. Si la hay, la cría será descartada. Es la hembra la que elige al orco con el que tener sexo y nunca al contrario. Forzar a una hembra puede resultar en una muerte temprana asegurada.

 

La gran ventaja de los orcos es la enorme capacidad para reestablecer pérdidas en el número. Un orco tiene una etapa de cría de tres años. Desde los tres a los seis años se le considera infante. Un orco de ocho años es considerado adolescente, etapa donde comienza a desarrollar los aspectos sexuales de la pubertad y a los diez es plenamente adulto. La esperanza de vida de un orco, especialmente macho es muy corta, pero no tiene nada que ver con su naturaleza sino con su modo de vida violento. Los orcos pueden vivir perfectamente hasta los ochenta años y gozan de plenas facultades hasta los sesenta. Rara vez un orco macho llega a anciano, y suelen ser las hembras quienes alcanzan los umbrales de edad más avanzados; otro motivo más para resultar piezas insustituibles de cohesión y estructura en el clan.

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Aunque las hembras gozan de una   fisonomía que les permite perfectamente el ejercicio de la guerra son habitualmente apartadas de ello por su valor procreador. El número de hembras fértiles del clan es la medida de salud y potencia de dicho clan. Un clan rival encontrará más apetecible apoderarse de las hembras que de los territorios o aldeas dominadas por otro clan.

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No obstante las hembras "infértiles" tienen permitido sumarse a las escuadras de cazadores (la vanguardia exploradora de un ejército orco) si así lo desean. Cuando una hembra deja de ser fértil de manera natural, lo que ocurre alrededor de los 35-40 años de vida, puede optar a convertirse en Matriarca, Matrona, Shaman o entrar en las fuerzas defensivas junto a los machos. Las matriarcas han sido hembras especialmente buenas paridoras que se establecen como una suerte de concilio matriarcal cuya opinión e influencia es determinante en la estructura del clan. Los Alfas suelen recurrir al beneplácito de las Matriarcas para las grandes decisiones. Las Matronas son hembras con gran experiencia en el parto que asisten a las jóvenes y garantizan la supervivencia de crias y madre. Las guerreras suman sus fuerzas al músculo masculino en la defensa del Clan o en sus esfuerzos militares fuera de sus territorios.

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Ruptura del concepto "Familia"

Los lazos consanguíneos en los orcos no tienen el mismo peso que en otras especies, por lo que el concepto "familia" tal cual es entendido habitualmente se rompe. Un orco medio tendrá un padre, normalmente el alfa de su clan o tribu y una de las hembras del clan, pero habrá sido criado por todas ellas. En este sentido, la buena parte de los orcos a su alrededor serán sus hermanos y hermanas. Como el conjunto de hembras tiene tendencia a ser consanguíneo también, los orcos que no sean sus hermanos, probablemente serán hermanastros/primos. Si la tribu se ha constituido a fueza de absorber otras tribus o de añadir nuevas hembras, puede que ese porcentaje de hermandad se reduzca, pero seguirá siendo numeroso. No obstante buena parte de esos machos será en algún momento expulsado y conminado a ganarse su propia tribu.  

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La consanguineidad por lo tanto no tiene el mismo peso que en otras especies. Los hermanos, padre se hijos tienen más posibilidades de generar rivalidad que fraternidad. Los orcos se cohesionan mediante las relaciones de sumisión aunque no es infrecuente la aparición de coaliciones, especialmente entre hermanos expulsados por un mismo padre que faciliten o aumenten las posibilidades de adquisición de nuevos territorios para ellos. Esas coaliciones, una vez establecida la jerarquía entre los hermanos, suelen perdurar en el tiempo.

Espiritualidad y Religión

Tradicionalmente se mantiene que los Orcos tienen una religión de base monoteista en la adoración a Morkkos, que es su dios de la Guerra y las Hordas. Morkkos es la deificación del Señor de la Guerra. Se representa como tal, como un Alfa Supremo que controla a sus huestes, glorificado a través de la guerra, el saqueo y la dominación. Es un dios hecho a imagen y semejanza de los grandes Alfas, Caudillos y Señores de la Guerra por lo que se sospecha que los orcos definieron a Morkkos después de su diáspora.

 

En origen, la espiritualidad orco está recogida en una compleja fórmula de naturalismo/curanderismo ritual sincrético de estructura shamanista/Totémnico que ha quedado en manos de las hembras.  Los orcos no conocen la magia ni su uso. Lo más cercano son los rituales shamánicos y una suerte de magia ritual intuitiva realizada por el nucleo shamánico de hembras del clan.

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Ambas fórmulas están entrelazadas y no es extraño que un caudillo busque el favor de Morkkos a través de rituales de "clarividencia" realizados por el círculo shamánico de hembras del clan. 

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GOBLINS

CARACTERÍSTICAS  FÍSICAS de los Goblins

Observando la estructura física y anatómica de un goblin es raro que la primera impresión no sea que el goblin es una versión "imperfecta" "Inacabada" más delgada y pequeña del orco. Los propios orcos sostienen esa impresión y los llaman los Nwak-Nakaa, cuya traducción sugerida del Koro vendría a decir "como nosotros pero pequeñajos". Algunas crónicas plantearon incluso que el goblin era en realidad la versión infante del orco. Esto se demostró rápidamente falso y no hay duda de que los goblin son una especie claramente diferenciada del orco. Si persiste una duda razonable sobre si los goblins pudieran pertenecer a la misma familia de los orcos, suponer una rama lateral de ella.

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En todo caso, la anatomía goblin difiere ampliamente de la del orco: Son criaturas humanoides de piel verde y pequeño tamaño (rara vez superan el metro y medio) cuerpos delgados y enjutos. Suelen destacar enormes orejas puntiagudas y mandíbulas grandes de dentición claramente carnívora.

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Vistos en detalle, su aparente homogeneidad se cuestiona con abundantes matices y tendencias morfológicas que hacen pensar en una enorme variedad de subespecies, no obstante, difuminadas por la ancestral asimilación de su sociedad en la sociedad de los orcos.

 

Las hembras son indistinguibles de los machos, hasta tal punto que su género femenino parece una cojuntura "temporal".  Según esta teoría todos los goblins nacen machos. Durante su etapa adolescente algunos de estos individuos desarrollan temporalmente atributos femeninos. Estos individuos feminizados seguirían siendo masculinos pero a partir de ese momento entrarían cíclicamente en celo desarrollando capacidades (y órganos) reproductoras mientras ese celo se mantenga. Durante ese tiempo se aparearán con todo macho disponible y suelen dar a luz camadas múltiples.  Pasado el ciclo regresarían a su masculinidad hasta el siguiente celo.  Hay que decir que es solo una teoría, ya que el estudio e información sobre los goblins no abunda. Se apoya especialmente en que la aparición de un goblin con claros atributos femeninos es de una rareza inaudita. O esconden a sus hembras o puede que la teoría de la feminización temporal tenga visos de ser 

cierta. Sea cual sea la estratégia de reproducción es muy consistente, ya que la escasa ventaja del goblin está en los números.​

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Hipótesis del Encuentro.

Donde hay goblins hay orcos, se suele decir y esa es una verdad ineludible. La sociedad de los goblins se ha fundido con los orcos.

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Esto hoy día es un hecho. Las comunidades orco incorporan a las comunidades goblin en una particular simbiosis cultural en la que los espacios y tradiciones goblins mantienen su personalidad e independencia pero en un equilibrio extraño entre vasallos y esclavos de los orcos.

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Las especulaciones de mayor peso sostienen que; o bien ese vínculo es anterior al encuentro con los elfos y que estos los incluyeron como "pieles Verdes" y pasaron desapercibidos en las primera crónicas; o bien, el encuentro Goblin-Orco se produce después de la Diáspora de los orcos. La segunda hipotesis parece la más probable. Esta defiende que con toda seguridad los Goblins estaban instalados en las selvas del Nhamibia cuando los orcos llegaron y que es a ellos a quienes el pueblo orco arrebató los territorios. El matiz interesantes es que no se les expulsó de allí. Los orcos fagocitaron la sociedad y estructura goblin, incórporándolos a su propia estructura. La hipótesis de la simbiosis cultural o también llamada de la sumisión pactada se refuerza con algunas evidencias clave.

 

La primera: la idoneidad temporal.  Es más que posible que este encuentro fuese tan antiguo que los orcos que llegaron al Nhamibia probablemente no se habían constituido en las bases de sociedad guerrera extrema que llegarían a ser con el tiempo y por lo tanto su encuentro resultó pacífico fruto de una negociación pactada en la que ambas partes se beneficiarían.

 

Es este punto el que lleva al segundo: el beneficio de ambas partes. 

 

Los orcos, mermados en número y energía por su derrota ante los elfos y desangrados por la diáspora, encontrarían en los goblins aliados ideales con los que establecer la reconstrucción de su sociedad. Dejarían que los goblins se encargasen de mantener las estructuras, el aprovisionamiento y las tareas de mantenimiento mientras ellos podrían dedicarse a la defensa y a la recuperación demográfica. Los goblins, por su parte, encontrarían en el estrato de población orco magníficos defensores y protectores que asegurarían su pervivencia y prosperidad en las siempre peligrosas selvas peninsulares.  

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Los Goblins en la sociedad de los Orcos

Sea como fuere aquel primer encuentro, lo cierto es que la realidad actual es que los Goblins, su cultura y sociedad queda fundida en las estructuras sociales de los orcos. Aunque la apariencia es que los Goblins mantienen una relación de servidumbre en régimen de semiesclavitud con respecto a los orcos, esto no parece ser así. La sociedad goblin es una sociedad que establece un tipo particular de asistencia auxiliar con respecto a los orcos. Los goblins se encargan de la asistencia digamos doméstica, las tareas de mantenimiento y provisión. Tareas serviles que reforzarían la idea de que los goblins aceptaron desplazarse a ese lugar para que los orcos pudieran centrarse en las tareas de defensa. En la guerra o conflictos ocupan las formaciones de cuerpos auxiliares, especialmente en la vanguardia rastreadora y como cuerpos de arqueros. Si el clan orco se lo puede permitir también pueden formar parte de su vanguardia ligera.

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Los goblins son diestros jinetes (lobos, huargos e incluso cerdos salvajes) lo que aportan una movilidad extra que las pasadas líneas de guerreros orcos carecen. 

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Por lo demás, los goblins son respetados en sus estructuras jerárquicas, ritos y costumbres. 

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Los líderes de las comunidades Goblins son los Siivhani, individuos que alcanzan un tamaño desproporcionado y engordan de manera tan masiva que pierden la capacidad de movilizarse por sí mismos. Nadie sabe muy bien cómo un goblin llega a Siivhani; si son anomalías o individuos mutados a los que se sacralizan, o si hay un camino para convertirse en Siivhani. Sea como sea, estos individuos ejercen de caudillos, autoridad política y judicial.

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La religiosidad Goblin también tiene una base totémnica-shamánica y se rinde culto a Saa’livvaan, una extraña deidad femenina de corte "reina ponedora" con atributos insectoides-arácnidos que consideran la "madre naturaleza" quizá en su versión más oscura y tenebrosa.

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A pesar de la apariencia de fragilidad del goblin, lo cierto es que es un pueblo feroz, endurecido y correoso; hábil y muy inteligente que más vale no infravalorar. 

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Reflexiones Finales

El mundo orco es un mundo móvil y abierto; en constante cambio y disputa sangrienta. La toma y reafirmación del poder y los privilegios que conlleva ese poder se consiguen a través de la violencia y la sumisión. Aunque, en apariencia, su movilidad social parece estar disponible para cualquier orco, al estar condicionada a la potencia física del candidato esto fomenta que esa accesibilidad solo aplica en los estratos inferiores. Las grandes jefaturas como Caudillajes o el acceso a una horda quedan habitualmente en manos de una especie de aristocracia genéticamente superior. No obstante, los orcos tienen una notable sensación de hermandad entre ellos, que no solo responde a un sentimiento de grupo y pertenencia, sino que en muchos casos es absolutamente real, pero no la acompaña necesariamente una sensación de fraternidad. Compiten en todo momento por los privilegios y por establecer claras jerarquías de dominio ante los que son más débiles, especialmente en los ya mencionados niveles inferiores de jefaturas y cacicazgos. El abuso hacia el semejante no solo no está censurado, sino que se entiende como una forma legítima y clara de establecer el propio estatus en la sociedad. El grande abusa de ti y tú abusas de los de abajo. Así estaba configurado su mundo. La mayor parte de las veces el control de la población orco la ejercen ellos mismos con sus constantes guerras intestinas por la supremacía. Y los más privilegiados, los líderes, sostienen todos esos privilegios basándose únicamente en su superioridad física, por lo que no es raro que tengan vidas cortas y finales sangrientos a manos de otros candidatos.

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